BLOQUE 5. LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN (1788-1833)

VÍDEO DE LA CRISIS DEL REINADO DE CARLOS IV Y LA CRISIS DE LA MONARQUÍA




VÍDEO SOBRE LA BATALLA DE TRAFALGAR

 

PRESENTACIÓN QUE HE PUESTO EN CLASE


PRESENTACIÓN MUY COMPLETA DE JOSE ÁNGEL MARTÍNEZ


PRESENTACIÓN DE LA EDITORIAL SANTILLANA



PRESENTACIÓN CON MUCHAS IMÁGENES DE LA ESCUELA DE ARTES DE ALGECIRAS

 

VÍDEO SOBRE LA GUERRA DE INDEPENDENCIA

 


DISCURSO INAUGURAL DE LAS CORTES DE CÁDIZ DEL CLÉRIGO MUÑOZ TORRERO, DIPUTADO POR EXTREMADURA:

          Reunidas las Cortes en el Teatro Cómico de la Real Isla de León, el diputado por Extremadura Diego Muñoz Torrero, sacerdote de ideas liberales, uno de los grandes protagonistas de aquellas Cortes e impulsores de la futura Constitución de 1812, cuya imagen aparece a la derecha, pronunciaba el discurso inaugural, de contenido revolucionario, pues por primera vez en la historia política española salía a escena conceptos tan importantes como la Soberanía Nacional o la división de Poderes.

         Su intervención, que levantó el entusiasmo y el aplauso de los diputados liberales, era recogida en el Diario de Sesiones de las Cortes del día 24 de septiembre:

       “cuán conveniente sería decretar que las Cortes generales y extraordinarias estaban legítimamente instaladas; que en ellas reside la soberanía; que convenía dividir los tres Poderes, legislativo, ejecutivo y judicial, lo que debía mirarse como base fundamental, al paso que se renovase el reconocimiento del legítimo Rey de España el Sr. D. Fernando VII como primer acto de la soberanía de las Cortes; declarando al mismo tiempo nulas las renuncias hechas en Bayona, no sólo por la falta de libertad sino muy principalmente por la del consentimiento de la Nación…”.
     
        Galdós también cita este primer discurso en su novela “Cádiz”, destacando la solemnidad y la trascendencia del mismo:
       “Señores oyentes o lectores, estas orejas mías oyeron el primer discurso que se pronunció en asambleas españolas en el siglo XIX. Aún retumba en mi entendimiento aquel preludio, aquella voz inicial de nuestras glorias parlamentarias, emitida por un clérigo sencillo y apacible, de ánimo sereno, talento claro, continente humilde y simpático. Si al principio los murmullos de arriba y abajo no permitían oír claramente su voz, poco a poco fueron acallándose los ruidos y siguió claro y solemne el discurso. Las palabras se destacaban sobre un silencio religioso, fijándose de tal modo en la mente que parecían esculpirse. La atención era profunda, y jamás voz alguna fue oída con más respeto (…). El discurso no fue largo, pero sí sentencioso, elocuente y erudito. En un cuarto de hora Muñoz Torrero había lanzado a la faz de la nación el programa del nuevo gobierno, y la esencia de las nuevas ideas. Cuando la última palabra expiró en sus labios, y se sentó recibiendo las felicitaciones y los aplausos de las tribunas, el siglo décimo octavo había concluido”.

       Seguidamente, otro diputado extremeño, Manuel Luján, presentaba al secretario de la Cámara para su lectura una minuta que recogía en once puntos las ideas que acababa de exponer Muñoz Torrero, discutida por la Asamblea hasta bien entrada la noche y aprobada por unanimidad, constituyendo el primer decreto formulado por las Cortes.

       Los puntos primero y tercero, es decir, el declararse las Cortes generales y extraordinarias legítimamente constituidas y residir en ellas la soberanía nacional, y establecer la separación de los tres Poderes, reservándose ellas el ejercicio del legislativo, suponían, verdaderamente, el paso del Antiguo al Nuevo Régimen, cambio trascendental en la historia de España pues sentaba las bases del liberalismo en nuestro país y marcaba el inicio de la Edad Contemporánea.

       El último punto pedía al Consejo de Regencia que se presentase a las Cortes para reconocerlas y jurarlas. De los cinco regentes, acudieron, pasada ya la medianoche, cuatro a prestar el correspondiente juramento, pero no el presidente del Consejo, el obispo de Orense Pedro Quevedo, alegando motivos de salud y lo avanzado de la noche. Pero fue su negativa a reconocer la legitimidad de estas Cortes como depositarias de la soberanía la verdadera razón de su no asistencia, con lo que se entablaba un conflicto entre los Poderes legislativo y el ejecutivo, representado este último por la Regencia.


VÍDEO SOBRE LAS CORTES DE CÁDIZ EMITIDO POR LA 2 DE RTVE, PROGRAMA: "PARA TODOS LA DOS" EN 2012


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